La integración de las mejores soluciones para alcanzar la circularidad

La circularidad del plástico requiere tanto de un enfoque sistémico como de políticas que permitan afrontar la complejidad de la gestión de residuos, impulsar la inversión en infraestructuras de reciclaje y crear un equilibrio sostenible del mercado.

El reciclaje de plástico está en todas partes; hasta en las zonas más remotas del mundo. Según un informe de Systemiq y de The Pew Charitable Trusts, el 40 % de los residuos mundiales de plástico actuales acaban en la naturaleza. Reducir la contaminación por plástico empieza por evitar que se produzcan residuos de este material y por implantar sistemas que permitan la reutilización, reciclabilidad y el contenido de plástico reciclado en productos nuevos.

El problema del plástico lleva décadas empeorando, abandonado a los designios de los mercados y a los productores, mientras la responsabilidad y las consecuencias suelen recaer principalmente en la sociedad, los consumidores y, en último término, en el medio ambiente.

Pero, la verdad es que la producción primaria y la contaminación derivada del plástico pueden mitigarse. ¿Cómo? Mediante un enfoque holístico en la gestión de residuos y empleando soluciones tecnológicas que ya existen, y una legislación capaz de impulsar cambios sostenibles y de corregir los desequilibrios del mercado.

Un conjunto de soluciones para la gestión de los residuos

Para reducir el uso de combustibles fósiles, descarbonizar el plástico y pasar a una economía circular resulta fundamental priorizar el reciclaje de ciclo cerrado como forma predominante de tratamiento de los residuos de plástico. Para ello, se necesitan infraestructuras y cambios sistémicos que permitan aprovechar al máximo el plástico y usarlo de la mejor forma posible. 
 

HRS

El enfoque de los Sistemas Holísticos de Recursos (SHR) para la gestión de residuos de TOMRA, con el respaldo de una legislación que marque objetivos y plazos, es crucial para acabar con el flujo interminable de residuos de plástico en todo el mundo y solucionar las deficiencias de que adolece la cadena de valor del plástico en cuanto a cantidad y calidad.

El SHR está conformado por sistemas individuales de gestión de residuos que permiten aumentar la extracción de materiales valorizables y mantenerlos en circulación y dentro del mercado todo el tiempo posible. Así, el mercado puede emplear menos materias primas vírgenes, con lo que aumenta la resiliencia actual de esos mercados.

Los HRS incluyen en primer lugar los sistemas de devolución y retorno de envases (SDDR), que logran tasas de recogida de plástico mucho más altas en comparación con otros métodos de recogida separada del mismo material. En segundo lugar, la recogida separada de residuos orgánicos, textil, residuos electrónicos, papel y vidrio. Y, finalmente la selección de los residuos contenido en la fracción resto de RSU (MWS por sus siglas en inglés), un proceso infrautilizado hasta ahora capaz de recuperar recursos finitos de los residuos domésticos y crear plástico reciclado de calidad virgen. Para lograr los mejores resultados con los HRS, son fundamentales los tres sistemas. 


Proceso mejorado para solventar los problemas de oferta y demanda 

La descarbonización de numerosas industrias depende del suministro de plástico reciclado de calidad, a saber, poliolefinas como el PE y el PP. En la situación actual, no existe suministro suficiente de calidad que satisfaga la demanda creciente. A esto es a lo que nos referimos cuando hablamos de deficiencias en cuanto a la cantidad y la calidad.
 

Mediante una buena colaboración a lo largo de toda la cadena de valor del plástico y empleando procesos innovadores se puede crear material reciclado de calidad virgen a partir de residuos de plástico postconsumo, empleando el reciclaje mecánico avanzado (AMR). Al combinar de forma inteligente las tecnologías existentes, el AMR ofrece contenido reciclado específico en cuanto a tipo de polímero y color que cumple los estándares de calidad de aplicaciones muy exigentes, atenuando las deficiencias en cuanto a cantidad y calidad.

Este proceso incluye una fase de preclasificación en el que se clasifica el plástico según tipo y color; para luego ser triturado, en el que se corta el plástico en formas y tamaños adecuados para su lavado; lavado en caliente, para eliminar impurezas; secado mediante un proceso tanto mecánico como término; una etapa para la purificación mejorada de escamas, para incrementar aún más los niveles de pureza; una desodorización; para reducir olores; una extrusión mejorada, otro paso para mejorar la calidad de la granza; con una tecnología de superlimpieza, como último paso de purificación, de ser necesaria, antes de que se pase a la producción de la granza. 

Plastic pellets from household waste

Contenedor de Resto de RSU: un respaldo de la recuperación para evitar la pérdida de plástico

Es innegable que debe recogerse, clasificarse y reciclarse más plástico de los residuos que, de otra forma, acabarían en vertederos, incineradoras o abandonado en la naturaleza. Una forma para lograrlo es la clasificación de la fracción Resto de RSU; es decir, la recuperación de plástico y otros materiales valorizables del contenedor de resto. Son ya muchas las plantas de todo el mundo que lo están haciendo, incluidos países como España, Portugal, Noruega, Países Bajos, Grecia, Polonia y EE . UU. 
 

Advanced mechanical recycling

La recuperación de plástico mediante la selección del contenedor de resto (MWS) es especialmente importante si tenemos en cuenta las ventajas que ofrece en cuanto a emisiones de gases de efecto invernadero, cantidad calculada asignando una emisión de CO2 equivalente en términos de beneficio neto. La MWS reduce significativamente las emisiones y genera oportunidades financieras mediante la venta de materias primas secundarias. Para las incineradoras, con o sin recuperación de energía, la eliminación del plástico les otorga más capacidad de incineración debido a su alto valor calórico.

La selección de la fracción resto ya se ha demostrado fundamental para aumentar la cantidad de plástico que se recupera para su reciclaje y, si se combina con el reciclaje mecánico avanzado, produce contenido reciclado de calidad. La única forma para alcanzar los ambiciosos objetivos de reciclaje y contenido reciclado, como los que la UE y otros países de todo el mundo están implantando, es incrementar la recuperación del plástico que antes iban destinados a su incineración o al vertedero y lograr así, un reciclaje de calidad.


Cómo poner fin al derroche de envases mediante desarrollos legislativos

Como pionera en la gestión circular de los recursos, TOMRA ha optado por desarrollar soluciones para el plástico que, gracias al uso de la tecnología permiten aumentan la recogida de material y cerrar el círculo de los polímeros más comunes a nivel mundial. Pero, para garantizar un procesado de calidad se necesitan sistemas normativos de obligado cumplimiento, como la responsabilidad ampliada del productor (EPR).

La EPR es un potente catalizador de financiación de infraestructuras que permiten avanzar en la circularidad del plástico. Con la EPR, se incentiva a las empresas que lanzan al mercado productos y envases (denominadas “productores”) para que opten por gestionarlos de forma sostenible.

La EPR, con estructuras de tarifas ecomoduladas, hace que resulte más caro para una empresa lanzar productos y envases no reciclables al mercado, lo que incentiva el uso de envases fáciles de clasificar y reciclar. Cuando un producto o un envase es reciclable desde su fase de diseño, el reciclaje mecánico es muy eficaz para la producción de materias primas secundarias. Por tanto, es fundamental que la legislación, como los planes EPR ecomodulados, haga que los envases y los productos de plástico que se lanzan al mercado estén diseñados para su reciclaje mecánico.

Implantar planes EPR de calidad requiere un conocimiento a fondo de una gran variedad de formas de gestión de residuos y reciclaje que puedan integrarse en los contextos y particularidades de cada zona. La colaboración con líderes asentados de la cadena de valor de transformación de residuos en material reaprovechable, legisladores e interesados permite obtener una perspectiva única a la hora de diseñar planes EPR que maximicen la circularidad del plástico.

Plastic Processing


Conclusión:

Acelerar la adopción a nivel mundial de métodos probados de gestión de residuos y reciclaje, como los que integran los HRS, con ayuda de instrumentos legislativos como la EPR, puede mejorar significativamente las opciones de cumplir e incluso superar los objetivos de reciclaje y de contenido reciclado.