Contenedores de plástico en la playa
PPWR

Embalaje más resistente, reciclaje más inteligente: El impacto del PPWR

Parte del Reglamento sobre envases y residuos de envases (PPWR) consiste en transformar el modo en que abordamos el embalaje, desde el diseño hasta la disposición. Con nuevas normas centradas en la reciclabilidad, los sistemas de recogida y la infraestructura de residuos, el PPWR tiene como objetivo acelerar la transición hacia una economía circular. Esto es lo que necesita saber sobre cómo estos cambios transformarán positivamente el futuro de los embalajes.

Dos principios para la reciclabilidad

Uno de los principios fundamentales del PPWR es garantizar que el embalaje no solo sea reciclable en teoría, sino también en la práctica. Esto significa:

  1. Reciclable por diseño: El embalaje debe diseñarse de forma que su reciclaje sea técnicamente posible. Los productos que utilizan materiales incompatibles o diseños excesivamente complejos (como los plásticos multicapa que no se pueden separar) podrían enfrentarse a restricciones más estrictas o incluso ser eliminados progresivamente del mercado. El objetivo es simplificar el embalaje para que pueda procesarse fácilmente en las instalaciones de reciclaje modernas.

  2. Reciclado en la práctica: Incluso el embalaje más reciclable resulta inútil si no existen sistemas sólidos para su recogida, clasificación y tratamiento. Para abordar esta cuestión, el PPWR se centra en garantizar que las infraestructuras de reciclaje existentes sean capaces de gestionar los embalajes que utilizamos a diario.
Embalajes reciclables

Reciclabilidad: Diseñada para el mundo real

Para animar a las empresas a adoptar el ecodiseño, las tasas de responsabilidad ampliada del productor (RAP) se ajustarán en función de la reciclabilidad del embalaje. Las empresas que utilicen materiales fáciles de reciclar se beneficiarán de tasas más bajas, lo que dará a los productores un incentivo económico para innovar hacia diseños sostenibles mediante el ecodiseño.

Aunque los criterios específicos de reciclabilidad se establecerán en la legislación secundaria, el objetivo está claro: En 2035, al menos el 55 % de todos los materiales de embalaje deberían reciclarse.


Infraestructuras: La columna vertebral de la reciclabilidad

Lograr estos objetivos requerirá mejoras significativas de las infraestructuras. El PPWR destaca la necesidad de contar con sistemas integrales para gestionar los residuos de embalaje en cada una de sus fases:

  • Recogida y clasificación: Los Estados miembros deberán garantizar que existan sistemas sólidos para la recogida y clasificación de todos los residuos de embalajes generados por los consumidores. Esto incluye mejorar la recogida puerta a puerta, optimizar las instalaciones de clasificación e incluso invertir en tecnología que pueda identificar y separar los materiales reciclables de forma más eficiente.
  • Símbolos armonizados: El PPWR introducirá símbolos normalizados en los embalajes y en los contenedores de residuos. Este sistema de «identificación y depósito» ayudará a los consumidores a clasificar correctamente los residuos, reduciendo la contaminación en los flujos de reciclaje y mejorando la eficiencia general.

Este enfoque no solo mejora la tasa de reciclaje, sino que también garantiza que los embalajes diseñados para el reciclaje no terminen incinerados o en vertederos.

Objetivos de reciclaje: Un camino lleno de desafíos

Curiosamente, el PPWR no introduce cambios drásticos en los objetivos actuales de reciclaje, sino que mantiene unas metas desafiantes con las que los estados miembros están teniendo dificultades en la actualidad.

  • Retos actuales: Muchos estados miembros siguen trabajando para alcanzar los objetivos de reciclaje de 2025 para los embalajes de plástico, lo que les permite enfrentarse a problemas como las bajas tasas de recogida y las prácticas de clasificación incoherentes.
  • Cálculos más estrictos: La revisión de 2018 de la Directiva sobre embalajes introdujo un método de cálculo más estricto para la tasas de reciclaje. Solo se contabilizan los materiales que realmente entran en el proceso de reciclaje (por ejemplo, los plásticos transformados en granzas), lo que significa que todo lo que se pierde durante la clasificación o el lavado no se considera válido. Este método más estricto ha reducido las tasas de reciclaje declaradas hasta en un 30 %, lo que pone de manifiesto la brecha existente entre la recogida y el reciclaje real.

El PPWR mantiene intactos estos criterios de referencia existentes, pero pone de relieve la necesidad de recuperar materiales valiosos en distintos puntos de la cadena de valor, garantizando que se reciclen de forma eficiente y eficaz. Para lograrlo, los estados miembros introducirán objetivos obligatorios de recogida antes de 2029, a fin de maximizar la recogida de materiales de embalaje y así cumplir con los objetivos de reciclaje y de contenido de reciclado.

Objetivos de reciclaje de embalajes

El camino por recorrer

El PPWR es un paso decisivo para adaptar el diseño de los embalajes a la realidad del reciclaje. Al centrarse en la infraestructura, los sistemas armonizados y la reciclabilidad práctica, ofrece un marco muy necesario para abordar de forma directa el problema de los residuos de embalajes.

No obstante, ampliar la infraestructura, implementar sistemas armonizados en diversos estados miembros y cumplir con los objetivos existentes exigirá una colaboración estrecha y una inversión considerable. Para alcanzar los objetivos definidos a tiempo, es necesario actuar de inmediato.

En última instancia, el PPWR representa un giro claro respecto al modelo de negocio tradicional, apostando por un futuro más sostenible. Un futuro en el que los embalajes dejen de ser residuos para convertirse en recursos clave de la economía circular.


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